Una vez coincidí en un
campamento con una chica que vivía en la capital, en Valencia. Nos hicimos muy
pronto grandes amigas. Ella me contaba cómo era su vida allí, mientras yo la
escuchaba sorprendida y emocionada.
- En mi cole, los profesores
no hacen nada, tan solo se plantan ahí para que no armemos alboroto – me
explicó mi amiga.
- ¿Cómo puede ser eso? –
pregunté intrigada.
- Sí, a nosotros nos dicen qué
debemos aprender y nos dan unas tablets chulísimas. Con las tablets lo que
hacemos es investigar sobre lo que se supone que debemos saber.
- ¿Y si tenéis alguna duda? –
inquirí yo.
- Ahhhh pues le preguntamos a
Alexa, un altavoz inteligente que lo resuelve todo.
Y así eran nuestras conversaciones día tras día. Mi curiosidad nunca era saciada, siempre quería saber más y más.
Y así eran nuestras conversaciones día tras día. Mi curiosidad nunca era saciada, siempre quería saber más y más.
Un día, después de haber
pasado una divertida mañana jugando a geocaching, nos fuimos directas al
pequeño comedor del campamento a reponer fuerzas. Caímos rendidas en las sillas
y apoyamos nuestros codos en la mesa riéndonos estrepitosamente por algo que me
había contado. Dejé caer mi mochila sobre la mesa, esparciendo sobre ella todas
mis pertenencias. Cuando mi amiga levantó sus codos, notó una ligera cojera en
una de las patas de la mesa. Rápidamente cogió un libro que había salido
disparado de mi mochila y lo colocó bajo la pata, nivelando así la mesa.
- ¡¿Qué demonios haces?! – le
pregunté ofendida.
- La mesa cojeaba, ahora ya
no. ¿Para qué quieres el libro? Búscalo en Internet, está todo allí – me
contestó ella con una carcajada.
Enfurecida, recogí mis cosas y
me fui de allí corriendo. ¡Había estropeado mi libro favorito! Gracias a ese
momento valoré más que nunca la educación que había recibido, la educación de
mis padres, de mis abuelos... Entendí que las tecnologías estaban bien, pero
que no era un completo avance si desdeñábamos la herencia de nuestros
antepasados. Entendí que nunca avanzaríamos si olvidábamos el respeto, el amor,
nuestras raíces.
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